miércoles, 1 de enero de 2014

A Victorina García






El pasado sábado día 28 de diciembre el cielo celebró la ausencia que nosotros aquí lloramos. Abuelita, es tanto el dolor que en este momento sentimos, que las palabras no bastan. Es tal el vacío que tu ausencia nos deja, que hallar consuelo, resulta imposible. 

Aunque nos veas tristes, tienes que saber que estamos agradecidos y nos sentimos muy afortunados por haber tenido durante 96 años a la mejor madre, la mejor abuela, la mejor bisabuela y la mejor suegra. Has sido para nosotros un gran ejemplo de amor, bondad y generosidad.

Gracias abuelita, gracias por todo el inmenso amor que nos has dado, gracias por tu dulzura, por tus miles de caricias y besos, gracias por cuidarnos y protegernos, gracias por todo lo que nos has enseñado, gracias por entregarte incondicionalmente y sin reservas, gracias por la paz que siempre has sembrado a tu alrededor y gracias por los mejores veranos de mi vida. Has sido uno de los grandes pilares de mi existencia y una gran parte de lo que hoy soy, lo hiciste tú. Gracias.

Abuelita, desde donde estés, míranos, estamos todos juntos, acompañándote en el último trayecto de tu camino, tal y como tú querías. A partir de ahora, mándanos fuerza para seguir sin ti y no dejes de cuidarnos. Nosotros imaginaremos que ya estás con el abuelo al que tanto has echado de menos durante todos estos años, con tu hijo, con tus padres y hermanos, y en una nueva Foguera, con higueras y bancos de hormigón donde pasar las tardes de verano junto a los demás vecinos.

Abuelita, descansa tranquila, ya estás en casa, en el pueblo que te vio nacer, que tanto has amado y  en el que has sido tan feliz, y no olvides que te quiero, todos los que estamos hoy aquí, te queremos muchísimo y te prometo que nunca vamos a olvidarte.

Tuya, siempre. 

2 comentarios: